Casi nada humano es lo que es, sino lo
que significa, desde un beso o una firma hasta una palabra o un bocadillo
comido con intención. Y de eso va la Operación Bocata.
No importa el bocadillo ni su tamaño ni
su precio, sino lo que significa: que salgo de mi peligroso espacio de
indiferencia, miro más allá y tomo nota de quien sufre hambre o injusticia.
No importa el bocadillo ni si es el que
más me gusta, sino lo que significa: que me recuerdo mi consumo excesivo, y sin
razón, y me doy un aviso y quizás así pueda compartir algo más.
No importa el bocadillo ni cuántos, sino
lo que significa: que hago crecer en el corazón un sentimiento de presencia y
de participación, de unir mis manos a las de otros y de compartir un poco
juicios y propósitos.
Por eso el Bocata, tan poca cosa y tan
ambiguo, puede estar lleno de valor y de razones. Eso depende de cada uno, de
cada grupo, de cada colegio…
Bonita casualidad que el día en que fallece Antonio Fraguas, Forges, celebremos este acto de solidaridad denominado con una palabra inventada por él: "bocata".Construyó un vocabulario propio que millones de españoles hemos hecho nuestro. Y la Academia también. Hoy en día se puede oír la palabra “bocata” en cualquier bar, colegio o casa, y después verificar su significado en el Diccionario, porque ahí figura desde 1983.
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